Legibilidad, lecturabilidad

Concepto

Legibilidad y lecturabilidad son dos términos relacionados con la actividad lectora, próximos en su significación, pero no sinónimos. Por legibilidad se entiende el grado de facilidad para la lectura que puede ofrecer un texto, centrado principalmente en aspectos tipográficos, visuales o espaciales. En cambio, por lecturabilidad se entiende la facilidad que presentan los textos para ser leídos y comprendidos sin que el lector se vea obligado a realizar grandes esfuerzos. En este caso, los aspectos implicados están relacionados con la estructura de las frases y oraciones, la organización sintáctica de los párrafos, la dificultad del vocabulario elegido..., esto es, aspectos relacionados con la lingüística.

Podríamos resumir la diferencia entre estos dos términos, diciendo que, mientras que la legibilidad se verá alterada o facilitada por elementos formales de los textos, la lecturabilidad dependerá de elementos relacionados con el contenido. Un texto puede haber cuidado mucho la forma y la presentación y, por tanto, permitir la legibilidad del mismo, pero estar redactado con un vocabulario complejo, con estructuras sintácticas y gramaticales enrevesadas, que hacen muy difícil su lecturabilidad. También, pero al contrario, un texto puede haber cuidado los aspectos lingüísticos (vocabulario, sintaxis, semántica) y, por tanto, hacer muy fácil su lecturabilidad, pero presentar borrones, tachaduras, letra minúscula, superpuesta, borrosa, que dificulte su legibilidad.

Ambos términos han surgido al hilo de la corriente analítica norteamericana desarrollada en las dos últimas décadas del siglo xx, cuando se extiende la idea de registrar los comportamientos y conductas comunicativas, y analizar las habilidades empleadas, con la finalidad de establecer patrones universales que pudieran ser enseñados a aquellos sujetos que obtengan malos resultados. Los términos tienen una enorme actualidad en una sociedad que tiende a rentabilizar el producto de cualquier actividad humana. La lectura es una de ellas y de ahí que interese analizar si un determinado comportamiento o resultado lector está condicionado por factores de legibilidad o de lecturabilidad. En definitiva, ambos conceptos van dirigidos a facilitar la lectura de las personas para lograr lo que se denomina lectura fácil.

 

Análisis

Cuando nos disponemos a comprender lo que leemos, nos sometemos a una actividad mental muy compleja que implica un proceso de interacción entre nosotros, los lectores y los textos escritos. Esta actividad se verá influida por las características de la persona que lee –su competencia, su memoria, el vocabulario que conoce, etc.– y por los rasgos específicos de los textos. Consecuencia de estas influencias es que haya partes o aspectos de un texto que nos resulten más fáciles de leer y comprender que otros, o que muchas personas fracasen en la lectura de textos que teóricamente han sido preparados y seleccionados para ellas. En el marco de una concepción de lectura como comunicación entre un lector y un texto escrito, el éxito de esa comunicación depende de características de ambos factores.

Es evidente que no todos los textos se leen de la misma manera ni con el mismo grado de dificultad; también lo es que cada texto exige un tipo de respuesta o reacción diferente por parte del lector. Esto ha permitido clasificar los textos según los grados de dificultad o nivel de exigencia, que reclaman la activación de recursos por parte de la persona lectora. Aunque no más que en otras investigaciones, parece haber un cierto acuerdo entre los investigadores a la hora de considerar que es más fácil la búsqueda de información en un texto cuando se facilita una cita textual del mismo o se da una expresión sinónima y, en cambio, es mucho más difícil hacer inferencias o relacionar bloques de información de manera implícita.

Existen otros múltiples factores que influyen en la legibilidad y lecturabilidad de un texto, como pueden ser: el interés que genera dicho texto en el lector o los contenidos temáticos de un texto y sus modos de presentación.

Dadas todas estas circunstancias que influyen en los resultados relativos a la comprensión lectora, se vio la conveniencia de desarrollar instrumentos para el análisis de la legibilidad y lecturabilidad de los textos. Una forma de análisis consiste en utilizar fórmulas matemáticas para evaluar la dificultad de lectura y comprensión de un texto. La mayoría de estas herramientas se ha desarrollado fundamentalmente para la lengua inglesa. Casi todos coinciden en aceptar que un texto es más fácil de leer cuanto más cortas son las palabras y frases que utiliza. Rudolph Franz Flesch (1911- 1986) ha sido el personaje más influyente en el desarrollo de las fórmulas de análisis de la legibilidad lingüística. Su fórmula Reading Ease Score (RES) es posiblemente la más influyente y conocida en la historia de la legibilidad. En la lengua española, las primeras fórmulas de análisis de la legibilidad aparecen en la década de 1950.

Ha habido intentos sucesivos de validación o adaptación de la fórmula original RES de Flesch: la Fórmula de Lecturabilidad de Fernández-Huerta (1959) en el campo de la didáctica, la Fórmula de Perspicuidad de Szigriszt-Pazos (1993) en el campo del periodismo y los trabajos de Pablo Simón (1993) o García-López (1999) en el campo de la salud.

En la actualidad, la aplicación de las fórmulas de legibilidad lingüística en el mundo anglosajón no se realiza manualmente. Existen diferentes utilidades, aplicaciones o programas informáticos, algunos de los cuales están disponibles en Internet. Sin embargo, en español el desarrollo de estas herramientas es escaso. La más empleada es la utilidad «Estadísticas de legibilidad» de la aplicación de Ortografía y Gramática del procesador de textos Microsoft Word Office. El problema reside en que esta utilidad solo está disponible en las versiones hasta la 2000, pues ha sido desactivada en las versiones posteriores. Además, aplica la fórmula RES de Flesch original, y no la versión adaptada por Szigriszt-Pazos.

 

Implicaciones

Cuando se intenta analizar y desarrollar la comprensión lectora de una persona, sobre todo cuando esto se realiza en ámbitos educativos condicionados por la diversidad cognitiva de los sujetos o sus diferencias lingüísticas y culturales, legibilidad y lecturabilidad adquieren una especial relevancia, porque influyen en las capacidades lectoras de los sujetos implicados. En estos contextos, cuando las personas no dominan la lengua de instrucción o de comunicación, asegurar unos resultados lectores óptimos cobra especial importancia. Es aquí cuando se potencia el papel que puede desempeñar la legibilidad o lecturabilidad a la hora de entender y asimilar los contenidos de un texto escrito. Existen pruebas y programas para determinar la legibilidad y lecturabilidad de un texto. Igualmente, se han editado guías con orientaciones para redactar textos de manera que se facilite su lectura a todas las personas, tanto a las que presentan alguna discapacidad para leer, como a quienes solo presentan una inmadurez porque su proceso lector aún está poco desarrollado. En estas guías se ofrecen sugerencias tanto de tipo formal (legibilidad), como pueden ser las referidas al formato de la letra que debe utilizarse, si el texto debe llevar o no ilustraciones, si el tamaño de la letra es el adecuado para la edad del sujeto a quien va destinado ese texto, cómo será la presentación final del texto, etc.; y también sugerencias relacionadas con el contenido (lecturabilidad), como el cuidado que se debe poner al elegir el vocabulario, la estructura que debe tener la oración, el orden y secuencia de los párrafos, etc.

Uno de los programas diseñados para analizar la lecturabilidad es el llamado Topicalizer. Se trata de una aplicación en línea que analiza un texto o una página web y muestra la frecuencia con la que aparecen en él palabras y expresiones, su densidad léxica, las palabras clave, la estructura de frases y párrafos, etc. También muestra su grado de lecturabilidad según diversos índices. Esta aplicación reconoce textos escritos en 11 idiomas, entre ellos el español.

Por su parte, una herramienta para analizar la legibilidad es la denominada readability. Consiste en un botón que se puede instalar en el navegador para leer sitios web de forma organizada y sin distracciones. Permite organizar los contenidos de las páginas web y limpiarlos de publicidad, de elementos ornamentales, de elementos animados y de sonidos de fondo. De esta forma se proporciona una lectura limpia y ordenada, que además es personalizable. Se trata de una herramienta que ayuda a mejorar la accesibilidad y legibilidad de blogs y webs facilitando una mayor concentración a la hora de leer sus contenidos. El dominio de procedimientos cuantitativos y cualitativos siempre puede ser de utilidad para los docentes que seleccionan libros para sus clases. En primer lugar, les sirven para tomar conciencia de los aspectos que pueden obstaculizar la legibilidad; en segundo lugar, pueden servirles para orientar su trabajo y enfrentar con sus alumnos aquellos aspectos que podrían obstaculizar la comprensión de sus lecturas; en tercer lugar, estos procedimientos pueden ser útiles como guías de estilo para ayudar a sus estudiantes a superar problemas de redacción.

Existen métodos, como el denominado Lectura Fácil (creado por la Asociación Lectura Fácil, entidad que promueve las buenas prácticas y la edición de libros de lectura fácil), que es un método de redacción y adaptación de textos para facilitar y hacer más accesible la lectura bien a quienes tienen dificultades lectoras transitorias (como neolectores, estudiantes de español o personas con escolarización deficiente) o bien a personas con dificultades permanentes (disléxicos, personas con discapacidad intelectual u otros trastornos, senilidad, etc.).

 

Referencias

Monge Miguel, J. J. (1991), Lectura y lecturabilidad icónica en los alumnos y libros
de texto de EGB, Santander: Universidad de Cantabria, Servicio de Publicaciones.

Unger, G. y Jansen, E. (2009), ¿Qué ocurre mientras lees?: tipografía y legibilidad,
València: Campgràfic Editors.

 

Fecha de ultima modificación: 2014-02-11