Concepto

El vocabulario es el conjunto de palabras que constituyen una lengua o idioma. todas las lenguas poseen un «tesoro» de términos léxicos, recogido en sus correspondientes diccionarios académicos, que están a disposición de todos los individuos de la comunidad lingüística. Cada uno de esos individuos ni posee, ni conoce, ni emplea de la misma manera ese caudal léxico.

Para un hablante, el léxico está constituido por el conjunto de términos que emplea para comunicarse y que se manifiesta tanto en los textos orales como escritos, y que da lugar a diferentes realizaciones lingüísticas. En este nivel cabe diferenciar entre léxico y vocabulario. El léxico se definiría como el conjunto de términos que un individuo posee como oyente, es decir, que es capaz de interpretar o entender. El vocabulario, en cambio, es el conjunto de términos que un individuo es capaz de utilizar en sus comunicaciones. tanto el léxico como el vocabulario de una persona se caracterizan por el número de unidades que reúnen.

Desde el momento en que el hablante vive en sociedad junto a otros hablantes, el vocabulario puede ser analizado desde esta perspectiva social. Entonces puede hablarse de términos léxicos utilizados por determinados grupos sociales dentro de una misma comunidad lingüística: jergas, dialectos, argots, etc. En este nivel hay que diferenciar entre vocabulario fundamental y vocabulario básico. El vocabulario fundamental está constituido por las unidades léxicas empleadas solo por varios miembros del grupo lingüístico. El vocabulario básico está constituido por las unidades léxicas que emplean en el discurso todos los integrantes del grupo sociolingüístico y que permiten mantener la idea de pertenencia a una misma comunidad.

Finalmente, el vocabulario como «tesoro» de un idioma se refiere al conjunto de palabras o unidades léxicas acordadas y reconocidas por la Academia de la Lengua y que se constituyen en la norma lingüística. No procede en este caso diferenciar entre vocabulario y léxico, porque todo es léxico. Su plasmación concreta es el Diccionario Académico de la Lengua.

 

Análisis

El vocabulario es el elemento molecular del lenguaje; es el constituyente esencial en el aprendizaje de las restantes actividades lingüísticas: lectura, escritura, composición, conversación, etc.

La correlación del vocabulario con la inteligencia general ha sido mostrada por varios autores (thermann, García Hoz y Spearman). Su valor como prueba intelectual viene confirmado por su presencia en casi la totalidad de tests intelectuales. En este sentido afirma thermann que «la prueba de vocabulario es en sí la prueba de más valor en la escuela». Su didáctica debe ser diferenciada de otros aspectos de la lengua, aunque sin perder su conexión con ellos, atendiendo al principio básico de la co-implicación lingüística. Muchas investigaciones (Beck, Perfetti y McKeown, 1982; Just y Carpenter, 1987; oakhill y Garnham, 1987; Chall, Jacobs y Baldwin, 1990; Cooper, 1990; Snow, Barnes, Chandler y Goodman, 1991; Defior et al., 1996) han establecido que la pobreza de vocabulario interviene de manera importante en una pobre lectura comprensiva.

un instrumento esencial para el desarrollo del vocabulario ha sido siempre la lectura, pues los déficits en ella, sobre todo los que afectan a su dimensión comprensiva, tienen como uno de sus factores condicionantes la pobreza de vocabulario (Suárez, Moreno Manso y Godoy Merino, 2010). también hay que tener en cuenta la importancia de conversar habitualmente con los niños para potenciar el desarrollo del vocabulario e irlos adaptando a los procesos de aprendizaje de la lectura (Downing, 1982). De ahí la trascendencia de que los adultos se impliquen en el desarrollo del vocabulario de los pequeños en edad escolar mediante las más diversas estrategias: conversación, aunque nunca como sustitutivo de la lectura, tal y como demuestran los datos de Cunningham y Stanovich (2007), lectura en voz alta, lectura comprensiva, etc., a las que ahora se unen los medios de comunicación que, bien seleccionados, pueden ser fuente complementaria para el buen desarrollo del vocabulario.

Dado que el vocabulario se caracteriza por el número de unidades que lo constituyen, es necesario diferenciar varios tipos:

  1. Vocabulario usual. Lo compone el conjunto de términos que emplea una persona de cultura media en las diferentes facetas de su vida. Está compuesto por 12.913 vocablos, exigibles obviamente al finalizar la educación primaria. 
  2. Vocabulario común. Está formado por aquellas palabras que dentro del vocabulario usual se utilizan indistintamente en cualquier ámbito de nuestra vida, familiar, cultural, social, etc. Consta de 1.971 vocablos. Es el nivel más importante desde el punto de vista didáctico. 
  3. Vocabulario fundamental. Está compuesto por 210 palabras, cuya frecuencia puede considerarse semejante en los distintos ambientes. No presenta problemas didácticos, aunque sí ortográficos. 

 

Implicaciones

Este aspecto de carácter cuantitativo interesa pedagógicamente. un sujeto, en su desarrollo, irá adquiriendo un léxico cada vez más amplio. El educador procurará que, a la vez, se produzca un trasvase de unidades de léxico a unidades de vocabulario; es decir, que se vayan incorporando a su discurso comunicativo. El educador deberá crear dos actitudes básicas en sus alumnos: dirigir la atención hacia palabras desconocidas y despertar curiosidad e interés por su dominio; ejercitarlos en la utilización de las palabras conocidas o buscar otras nuevas, según los contextos.

resulta fundamental en la enseñanza, tanto dentro del ámbito familiar como del reglado en la escuela, poner el énfasis en el enriquecimiento del vocabulario, porque este va asociado lógicamente a los procesos de adquisición-aprendizaje de la lengua y, en especial, de la lectura, como ya demostraron Griffin, Snow y Burns (1998), quienes constataron que la lectura amplía claramente el vocabulario. No obstante, en ocasiones ocurre que los lectores menos diestros se encuentran con materiales

 

 

inasequibles a su capacidad comprensiva, por diversas causas de índole fonológica, morfológica, de significado, etc., que los desaniman a continuar su desarrollo normal de aprendizaje (Allington, 1977, 1983, 1984; Gambrell, Wilson y Gantt, 1981).

otra constante que debemos tener en cuenta es la asociada a las variables de riqueza léxica, que según varios estudios está relacionada con el nivel socioeconómico y cultural, sexo y edad (Portela, 1992; Andrés Pérez, 1997). todos han comprobado que, conforme asciende el nivel sociocultural, aumenta la riqueza léxica del alumnado y que, para fomentar el desarrollo del vocabulario, conviene usar tres métodos complementarios de enseñanza: definiciones de los vocablos, oraciones usando el vocabulario para contextualizarlo, y ejemplos varios (reyes Díaz, 2000).

Potenciar el desarrollo del vocabulario mediante las más variadas estrategias, fundamentalmente la conversación y la lectura motivada, resulta un objetivo prioritario en la escuela actual. La adquisición de este durante la infancia de niños y niñas está vinculada lógicamente a su implicación y exposición al lenguaje de manera activa e individual, más que por una enseñanza dirigida (Miller y Gildea, 1987; Sternberg, 1987). también es básico el papel que cumple la lectura en esta etapa, pues se ha demostrado que los niños que leen más tienen un grado mayor de conocimiento y uso de vocabulario (Hayes y Ahrens, 1988, lo explicitan en sus estadísticas; Stanovich, 1986; Suárez, Moreno Manso y Godoy Merino, 2010). Las dos modalidades habituales de lectura en clase –lectura en voz alta y lectura silenciosa– facilitan oportunidades para desplegar el vocabulario del alumnado.

Pocas veces se realiza en el ámbito escolar una evaluación del vocabulario de los alumnos, ya sea oral o escrita, de forma sistemática. Sin embargo, cada día es más aconsejable realizar una evaluación continua y formativa que, unida a los procesos de enseñanza y aprendizaje, sirva para:

• Diagnosticar el punto de partida.
• orientar las actividades.
• Corregir disfunciones en su realización.
• Determinar el grado de dominio.
• reajustar el proceso posterior del alumno y de los planteamientos docentes.

El trabajo específico sobre el vocabulario debe ser diario, combinado con otros aspectos de la lengua y de cualquier otra área.

Algunos ejercicios para desarrollar el vocabulario pueden ser los referidos a: sinonimia y antonimia; graduaciones o seriaciones de intensidad; familias de palabras; agrupaciones por clases; agrupaciones de palabras por asociación o evocación; composición de palabras; prefijación y sufijación; polisemia; adivinación, complemento e invención.

Es preciso señalar, por último, que una técnica de gran interés para el enriquecimiento y precisión del vocabulario durante la vida escolar es el uso acertado de los diccionarios.

 

Referencias

Andrés Pérez, B. (1977), Riqueza léxica en textos escritos de tres niveles de EGB,
Alcalá: Universidad de Alcalá.

Martínez Sánchez, R., Díaz Rodríguez, M. L. y Redó, J. A. (2012): Guía de contenidos
lingüísticos por niveles de  español, según el marco común europeo de referencia
para la enseñanza de las lenguas. Octaedro: Barcelona

Suárez Muñoz, A., Moreno Manso, J. M. y Godoy Merino, M. J. (2010),
«Vocabulario y comprensión lectora: algo más que causa y efecto», Álabe, 1,
www.revistaalabe.com

Portela, C. (1992), Índices de riqueza léxica en estudiantes de primer año de
Licenciatura, Santiago de los Caballeros, Pontificia Universidad Madre y Maestra.

Fecha de ultima modificación: 2014-02-11