Concepto

Las perspectivas de acercamiento al concepto de humor han sido múltiples y variadas, desde la antropología, la psicología, la sociología, la pragmática o la filosofía. El discurso humorístico se ha contemplado desde la semiótica y el análisis textual. Sus recursos y tropos, la comicidad de lenguaje y de situaciones cuentan con abundantes muestras en los textos literarios.

Nos situamos en la definición que relaciona lo humorístico con el «modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas» (DRAE). En la actualidad cobran sentido las teorías que analizan el humor desde la pragmática, al entender que el juego lingüístico obedece a una intención comunicativa. El hecho no ha sido ignorado por filósofos de cualquier época, de manera que las teorías sobre el humor aparecen clasificadas en tres grupos (Torres Sánchez, 1999): teorías de la superioridad (Platón y Aristóteles), teorías de la des- carga (Spencer) y teorías de la incongruencia (Bergson y Freud).

El humor está presente tanto en la cultura popular de transmisión oral como en la tradición escrita. En cuanto producción cultural, se configura dentro de los parámetros de un grupo humano, de sus filias y sus fobias, y da cabida a sus estereotipos y con- vicciones. Así, los chistes xenófobos, sexistas o los que se ensañan con determinadas profesiones, son muestras del devenir histórico en el que la ideología se oculta, se disfraza o se reacentúa. La construcción del humor como discurso social reclama un oyente, un lector cómplice capaz de actualizar o completar sus propuestas.

Notables muestras de las representaciones humorísticas en la literatura nos las ofrece M. Bajtín en su análisis de la obra de François Rabelais Gargantúa y Pantagruel, donde la escenificación carnavalesca intensifica el valor subversivo del humor. También Freud se centra en las manifestaciones de la comicidad en El chiste y su relación con el inconsciente.

El humor puede ser irreverente, pero también compasivo, cargado de ternura, una herramienta para desdramatizar, desmitificar y desacralizar. En este sentido, cobra especial relevancia la ironía, figura retórica que posibilita el juego verbal entre lo que se dice y lo que se sugiere. Junto al discurso verbal, encontramos el humor gráfico de las revistas y del cómic, los chistes y las historietas, géneros y subgéneros en los que la evolución y el mestizaje se dan la mano. Comedia, entremés, epigrama, chiste, coexisten con la parodia, la sátira y la paradoja. Humor y metáfora, hipérbole, dilogía, nonsense conjugan su base conceptual con los recursos lingüísticos. La función lúdica del disparate verbal convive con el humor negro y la escenificación de la crueldad.

El disparate y la carnavalización han desempeñado un papel importante en la defensa de la libertad, contra el ataque de la moralidad opresiva. El humor puede ser un instrumento de liberación o resistencia, pero también puede conducir a la humillación de los débiles o de los marginados. Para Freud, el chiste inocente, como juego de palabras, se diferencia del tendencioso, hostil o agresivo, dotado de una importante carga de violencia simbólica.

En la actualidad, el humor se ha valorado como recurso terapéutico y muy recientemente se ha acuñado un nuevo término, posthumor, en relación con la sátira contemporánea de las nuevas comedias cinematográficas

Análisis

Popularmente se habla de las acciones terapéuticas (risoterapia) del sentido del humor y de la risa, así como de su repercusión positiva en el sistema inmunológico, de su capacidad para estrechar y facilitar las relaciones laborales o para reducir el estrés. También se ha usado como recurso pedagógico y con intención didáctica (Bonet et al., 1991).

Sin embargo, la risa ha sido mirada bajo sospecha en otros momentos históricos. De hecho fue considerada peligrosa por los padres de la Iglesia, en tanto que entendían que podía afectar a la humildad y provocar en el cuerpo posturas grotescas. De ello da buena muestra Umberto Eco en El nombre de la rosa al referirse a la particular interpretación del segundo libro de la Poética de Aristóteles.

En los textos literarios, el humor está muy presente en la antigüedad clásica, donde la comedia y los epigramas conviven con la tragedia. También en la Edad Media contamos con numerosos ejemplos en los que la sátira y el vituperio provocan el humor despiadado (Cantigas de escarnio e maldecir). En el Renacimiento y el Barroco encontramos notables muestras en las que el humor desdramatiza una realidad descarnada: Celestina, Alonso Quijano o los memorables protagonistas de la picaresca, como Lázaro, Pablos, Lozana y Justina, nos hacen reír y pensar. También el gracioso del teatro áureo, las sátiras y puyas entre escritores o los ingeniosos epigramas para criticar las faltas ajenas ofrecen buenos ejemplos, tanto de comicidad verbal como de situaciones. La sátira política y de costumbres al estilo de Larra, la feliz unión de metáfora y humor en las Greguerías de Gómez de la Serna, el humor en las vanguardias, el teatro de Mihura o Jardiel Poncela, La Codorniz, son ricos ejemplos de las manifestaciones humorísticas en los textos literarios.

La comicidad y el sarcasmo recayeron muchas veces sobre las mujeres, como un ejercicio más de misoginia, tan presente en la literatura. Tampoco falta la ironía junto a los estereotipos misóginos; valgan como ejemplo los versos con los que Juan Ruiz describe los «valores» de las dueñas chicas en El libro de buen amor. También las tiras gráficas han sido instrumento de crítica social o política y, en particular, han dirigido sus dardos contra los modelos marginados por la sociedad, como los que sirvieron en la posguerra española para denigrar a las mujeres, especialmente en la figura de la solterona (Peñarroya, 1958).

El humor es uno de los ingredientes más destacados de la literatura infantil contemporánea. Como agente capaz de aliviar tensiones, puede facilitar a los lectores infantiles un aliado para desdramatizar acontecimientos de su entorno. El humor libérrimo, a veces corrosivo, de Roald Dahl dialoga con lo escatológico en El gran gigante Bonachón. El álbum ilustrado, de gran pujanza en los últimos veinte años, tampoco es ajeno al humor atrevido e iconoclasta que roza también lo escatológico en El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza. Otro ejemplo de parodia muy actual lo constituyen las reescrituras de los cuentos tradicionales en las que el sentido lúdico nace del juego intertextual que convierte la obra en un particular palimpsesto (Cuentos en verso para niños perversos, Roald Dahl). También la ironía está muy presente en la poesía contemporánea escrita por mujeres, como un recurso retórico que les permite subvertir los postulados patriarcales.

Implicaciones

El humor posee gran interés como recurso didáctico. A ello responde la propuesta para el aula de Bachillerato de Rincón y Sánchez-Enciso (Morfonética del humor, 1991). También encontramos múltiples ofertas para el aprendizaje del español como segunda lengua (Cervantes virtual, http://www.cervantesvirtual.com/ )

Es un punto de partida fructífero analizar los recursos retóricos a partir de textos humorísticos: metáfora, ironía, hipérbole, dilogía, calambur, nonsense. Se busca así la contribución del recurso a la intención comunicativa, lejos del aprendizaje descontextualizado de una relación de figuras retóricas. Un ejemplo muy atractivo se puede consultar en http://humortonto.blogspot.com.es/

La animación a la lectura también recurre al uso del humor. El profesorado puede proponer la realización de una wiki, como trabajo colaborativo en el aula. En ella se insertarán fragmentos humorísticos de obras literarias para su lectura y comentario, así como para plantear propuestas de escritura creativa. Se pueden clasificar por géneros: narrativa, poesía, comedia, sátira, parodia, refranero; por siglos o movimientos literarios: el humor en La Celestina, los pícaros y el humor negro del hambre, la figura del gracioso en el teatro barroco, el enseñar deleitando de las fábulas, Larra o el humor en la crítica social, las greguerías de Gómez de la Serna, Cronopios y famas o la construcción del absurdo en Julio Cortázar.

Desde el punto de vista de los estudios de género, el humor y la ironía se presentan como recursos idóneos para desvelar los estereotipos patriarcales insertos en los textos. Así se pueden analizar los chistes, comentar sus recursos y las implicaciones de la ideología en ellos (Rosal Nadales, Violencia simbólica en formas de cultura popular. http://www.academiadebuenasletrasdegranada.org/ )

Las implicaciones prácticas para el aula son múltiples y variadas y pueden abordarse en todos los niveles. Así, la antítesis verbal e icónica se constituye en el centro del álbum de Valérie Larrondo, con ilustraciones de Claudine Desmarteau, Mamá fue pequeña antes de ser mayor. El humor gráfico (Forges), el cómic (Mafalda), las series de dibujos animados (Los Simpson) suponen un interesante acercamiento a la imagen y al texto, así como las obras audiovisuales que ofrece El club de la comedia (http://www.lasexta.com/programas/club-de-la-comedia/ ). También el humor es un recurso motivador de primer orden para la escritura creativa, en la línea de Gianni Rodari o Raymond Queneau.

Referencias

Barreras Gómez, A. (2002), «El estudio de la ironía en el texto literario», Cuadernos de investigación filológica, pp. 243-266, Universidad de La Rioja.

Bonet, R., Laborda, J., Rincón, F. y Sánchez- Enciso, J. (1991), Morfonética del humor, Barcelona: Teide.

Bremmer, J. y Roodenburg, H. (coords.) (1999), Una historia cultural del humor: desde la Antigüedad a nuestros días, Madrid: Sequitur.

Bretón, A. (1940), Antología del humor negro, Paris: Gallimard.

Casares, J. (1961), El humorismo y otros ensayos. Obras completas, 6, Madrid: Espasa Calpe.

Costa, J. (2010), Una risa nueva: posthumor, parodias y otras mutaciones de la comedia, Molina de Segura: Nausícaä.

Freud, S. (1973), El chiste y su relación con lo inconsciente, Madrid: Alianza. López Cruces, A. (1993), La risa en la literatura española: (antología de textos), pp. 9-36, Alicante: Aguaclara.

Payo, G. (1994), «Cuando el humor entra en la escuela», Cuadernos de Pedagogía, 228, pp. 47-50.

Rodríguez, J. J. (1988), El cómic y su utilización didáctica, Barcelona: Gustavo Gili.

Sotomayor, M. V. (2007), «El humor en la literatura infantil del franquismo», Anales de literatura española, n.º 19, pp. 237-252.

Tambly, D. (2006), Risa y aprendizaje, Bilbao: Serendipity DDB. Torres Sánchez, M. A. (1998), «Teorías lingüísticas del humor verbal», Pragmalingüística, n.º 5-6, pp. 435-448.

Torres Sánchez, M. A. (1999 a), Estudio pragmático del humor verbal, Cádiz: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz.

Torres Sánchez, M. A. (1999 b), Aproximación pragmática a la ironía verbal, Cádiz: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz.

Vigara Tauste, A. M. (1994), El chiste y la comunicación lúdica: Lenguaje y Praxis, Madrid: Libertarias.

Fecha de ultima modificación: 2014-04-08