Concepto

La neurociencia es una disciplina científica integrada por diversas áreas de conocimiento, que intenta dar una respuesta científica a los fenómenos relacionados con el sistema nervioso, desde la emotividad al envejecimiento celular, la neurogénesis o el aprendizaje y la memoria (Bloom, Squire, Roberts, Landys y Zigmond, 1999). Psicólogos, anatomistas, bioquímicos, biólogos o neurofisiólogos han contribuido al desarrollo de esta ciencia en pleno auge, que debe gran parte de su éxito a la interdisciplinariedad de sus planteamientos y al efectivo trasvase de conocimientos de un campo del saber a otro, con resultados complejos de innegable calidad científica. Las aportaciones técnicas de disciplinas como la bioingeniería o las ciencias de la computación han sido también decisivas para la neurociencia, cuyo desarrollo está determinado en gran medida por la tecnología que la sustenta.

Para el tema que nos ocupa –los procesos relacionados con la lectura, la escritura y la competencia literaria–, la neurociencia tiene una relevancia incuestionable. Los avances que la tecnología ha puesto a nuestro alcance en la actualidad han cambiado la aproximación al funcionamiento del cerebro y han ayudado a replantear no solo las cuestiones clínicas, sino también muchos de los aspectos relacionados con el aprendizaje; de ahí su vinculación con la psicología o la psicolingüística. Además de ofrecer un conocimiento más profundo y completo del complejo proceso del aprendizaje lector o de la importancia de la memoria en el mismo, nos ofrece técnicas interesantes que podemos aplicar para la mejora de las actividades relacionadas con el lenguaje en casos de lesiones cerebrales como las ataxias ópticas o las afasias.

 

Análisis

Los últimos hallazgos y descubrimientos sobre el funcionamiento del cerebro humano resultan extremadamente reveladores a la hora de conformar los ámbitos de conocimiento en toda una serie de disciplinas, cuyos caminos convergen en su aproximación al lenguaje y los procesos implicados en su desarrollo. Sin ir más lejos, la localización del lenguaje en el lado izquierdo del cerebro, estudiado por Broca y Wernicke, es una realidad que se ha visto enriquecida con ciertos matices puestos de manifiesto con el transcurso del tiempo; la lengua entendida como sintaxis, al modo en que lo hizo el innatismo de Chomsky, sí responde a esa ubicación cerrada en el hemisferio izquierdo; ahora bien, cuando entendemos el lenguaje como una habilidad unida al uso y a la adaptación a factores externos al propio individuo, a lo meramente orgánico, entra en juego el potencial del hemisferio derecho. No es una novedad recordar que casos clínicos investigados con lesiones cerebrales ya pusieron de relieve cómo es posible que un hemisferio asuma funciones que en un principio estaban programadas para el otro, lo que demostraba la capacidad de evolución del propio cerebro y la interconexión entre los dos hemisferios.

Un caso paradigmático que se ha visto beneficiado gracias a los estudios realizados desde la neurociencia es el de la dislexia. Las dificultades asociadas a la lectoescritura que definen la dislexia no son tan infrecuentes como pudiera pensarse.

Estudios como el publicado por la revista Neuroscience: The Science of the Brain y que puede consultarse en http://www.braincampaign.org/Pub/Pub_Main_Display. asp?LC_Docs_ID=2786 (consultado el 31 de mayo de 2012) afirman que uno de cada diez individuos ha presentado en algún momento lo que en neurología se denomina dislexia, aunque no se les manifestase más que de manera puntual. La proporción de personas afectadas y la relación de la dislexia con la maduración de las emociones, la autoestima o la posibilidad de autonomía del individuo en esta sociedad la han convertido en una disfunción ampliamente estudiada.

El proceso de adquisición de las habilidades lectoras está determinado por el código empleado: no es lo mismo aprender en un sistema alfabético como el español, que el katakana japonés o en caracteres chinos; sin embargo, podemos encontrar analogías tanto en su aprendizaje como en las disfuncionalidades que puedan manifestarse durante ese proceso de aprendizaje. En la infancia, la dislexia del desarrollo (develop­ mental dyslexia), con unas manifestaciones en el comportamiento extremadamente complejas, se caracteriza por una imposibilidad de asociar fonología y letra impresa. El acto de lectura implica, a su vez, la asociación del lenguaje visual y el verbal. Es decir, que tanto la vista como el oído están implicados en el aprendizaje lector. Estudios neurocientíficos han demostrado cómo en personas disléxicas se encuentra alterado el sistema de células magnocelulares, lo que se traduce en una empobrecida sensibilidad al movimiento ocular.

Imagen tomada de http://www.braincampaign.org/Common/Docs/Files/2786/spchap9.pdf. 

 

Imagen tomada de http://www.braincampaign.org/Common/Docs/Files/2786/spchap9.pdf.

Implicaciones

La lingüística actual se concibe como una gran aliada de la neurociencia, dada la aportación que esta segunda viene poniendo de relieve sobre la adquisición, producción y comprensión de las lenguas en los hablantes. De igual forma, resulta esencial su contacto con la psicología, hecho que ya se pondría de manifiesto como un modo de apuntar al futuro cuando Hebb descubrió conexiones entre las redes neuronales y el comportamiento (Hebb, 1949, y García, 1986). De este modo, entendemos que los hallazgos de la neurociencia suponen una fuente esencial a partir de la que rescatar elementos para la fundamentación psicopedagógica y la configuración de las didácticas específicas.

Además, como ya hemos mencionado, el modo en que se establecen los procesos cognitivos que conllevan el pensamiento creativo ha resultado una cuestión muy debatida y de gran interés para la neurociencia –y, por lo tanto, para la psicología y la psicolingüística–, especialmente con la aportación decisiva de los modernos mecanismos tecnológicos que permiten recoger la actividad del cerebro. En este sentido, hemos de mencionar estudios recientes realizados en EE. UU., como el liderado por John Kounios en la Universidad de Drexel y Mark Jung-Beeman en la Universidad del Noroeste (J. Kounios y M. Jung-Beeman, 2004).

La implicaciones de la neurología en las ciencias de la educación es una cuestión de ferviente actualidad, a partir de la cual se abre una interesante línea de investigación en torno a lo que se viene llamando «neurodidáctica»; en este sentido habría que recordar las aportaciones recientes de Ortiz (2009) o Forés y Ligioiz (2009), entre otros.

 

Referencias

 

Alegría, J., 1985; NO HAY COINCIDENCIAS

Álvarez de Arcaya Ajuria, H. (2003), «La comunicación no verbal. Interrelaciones
entre las expresiones faciales innatas y las aprendidas», Gaceta de Antropología, 19.

Bernárdez, E. (1999), «Lenguaje y cerebro», en ¿Qué son las lenguas?, pp. 263-278,
Madrid: Alianza.

Bloom, F. E., Squire, L. R., Roberts, J. L., Landys, S. C. y Zigmond, M. J. (eds.)
(1999), Fundamental neuroscience, London: Academic Press.

Fernández, A. M., Dufey, M. y Mourgues, C. (2007), «Expresión y reconocimiento de
emociones: un punto de encuentro entre evolución, psicofisiología y neurociencia»,
Revista Chilena de Neuropsicología, 2 (1), pp. 8-20.

Forés, A. y Ligioiz, M. (2009), Describir la neurodidáctica, Barcelona: UOC.

García, L. (1986), «La teoría neuropsicológica de Hebb: antecedente de la teoría
cognitiva », Revista de la Historia de la Psicología, 7, 3, pp. 31-38.

Hebb, D. O. (1949), The organization of behavior: A neuropsychological theory, New
York: Wiley.

Jiménez González, J. E. y Rodríguez Rodríguez, C. (2011), «Trasdislexia: un
videojuego para la mejora de la lectura en niños con dislexia », en González González,
C. S. (dir.), Nuevas tendencias en TIC y Educación, pp. 122-134, Madrid: Bubok
Publishing.

Kounios, J. y Jung-Beeman, M. (2004), «Neural activity when people solve verbal
problems with insight», Plos Biology, 2, pp. 500-510.

López-Escribano, C. (2007), «Contribuciones de la neurociencia al diagnóstico y
tratamiento educativo de la dislexia del desarrollo », Revista de Neurología, 44 (3), pp.
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Lupiáñez Castillo, J. (2004), «Neurociencia cognitiva: una aproximación
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Lyon, R. G., Shaywitz, S. E. y Shaywitz, B. A. (2003), «Defining dyslexia,
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Ortiz, T. (2009), Neurociencia y educación, Madrid: Alianza.
Portellano, J. (1995), Fracaso escolar. Diagnóstico e intervención, una perspectiva
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Zaganelli, G. (2011), «Apuntes sobre la lectura. El aporte de las ciencias cognitivas»,
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http://www.divisiondeneurociencias.es/
http://www.asociacioneducar.com/
http://www.ibro.info/Pub/Pub_Front.asp?
http://www.braincampaign.org/Pub/Pub_Main_Display.asp?LC_Docs_ID=2786 
http://www.senc.es/

 

Fecha de ultima modificación: 2014-02-11