El bookcrossing consiste en la práctica de dejar libros en cualquier lugar público con el objetivo de que sean recogidos por cualquier persona interesada en los mismos. La filosofía que subyace a esta práctica es la liberación de las obras con la finalidad de que sean acogidas por cualquier lector, que después habrá de hacer lo mismo con la obra liberada o con otra de su propiedad.
El movimiento de bookcrossing fue iniciado por el estadounidense Ron Hornbaker en marzo de 2001. Fue en esta fecha cuando se lanzó la web del movimiento, que en la actualidad cuenta con más de un millón de miembros en todo el mundo y varios millones de libros registrados en su base de datos.
Para iniciar el proceso es preciso registrarse en la página de bookcrossing (http://www.bookcrossing.com/ ). Una vez registrado, se accede a los códigos BCID, esto es, el número de identificación de la obra que permite identificarla en la base de datos del sistema. La persona que encuentra el libro habrá de notificar el hallazgo en la web de bookcrossing, pidiéndosele que libere a su vez un nuevo libro o el que ha tomado una vez terminado.
Si alguien decide liberar un libro vía bookcrossing, tendrá que registrarlo para conseguir un BCID (número de identificación de bookcrossing). Cada libro tiene su propio BCID, no se puede utilizar el identificador de otro; además, cuenta con una nota de liberación que permite hacer el seguimiento a través de la Web.
La liberación de un libro puede ser en la «jungla», es decir, el libro se libera en cualquier lugar, o «controlada», cuando el libro va dirigido a alguien conocido. El sistema elegido ha de quedar registrado. Se elige una zona de liberación y una hora aproximada. En muchos sitios existen zonas oficiales de bookcrossing, que se denominan zonas de cruce o ZOBC, situadas habitualmente en lugares como las cafeterías, restaurantes, paradas de autobús o de transporte público, parques, etc. Son zonas frecuentadas que facilitan las acciones de intercambio. En las ZOBC puede haber estanterías para liberar libros y facilitar su caza.
Existen varias maneras de intercambio de libros:
El movimiento de bookcrossing forma parte de la filosofía de intercambio que subyace en el uso de las tecnologías de la información, Internet y, sobre todo, las redes sociales. Su expansión ha llevado el movimiento a todos los países del mundo y ha originado fenómenos originales, como el de StreetBook (http://streetbook.fr/crbst_1. html), proyecto que pretende crear 500 obras originales de 400 páginas, realizadas por artistas de diverso tipo para ser liberadas. En este caso, la filosofía de bookcrossing va más allá que la concepción inicial, pues no se trata de obras ya existentes, sino creadas ex profeso para ser liberadas.
Otros sistemas similares a bookcrossing son BookRelay y BookMooch. A través del primero, los miembros envían libros que han leído a otra persona que los ha pedido y ellos piden otro libro que les gustaría leer. Como un relevo, los libros intercambian propietarios a través del correo, pero no liberándolos. En el caso de BookMooch (http://es.bookmooch.com/), que existe en muchos países del mundo, los usuarios pueden intercambiar libros entre ellos o facilitar su envío a organizaciones solidarias.
Estos sistemas no han estado exentos de críticas. Jessica Adams, por ejemplo, mantiene que los libros estaban siendo «devaluados» por la web de bookcrossing por bajar las ventas de los libros, y ocasionando pérdidas financieras a los autores a causa de las ventas perdidas. Caroline Martin, por su parte, de Harper Press, llegó a comparar a bookcrossing con una especie de Napster del libro. Acusaciones infundadas, pues lo que demuestran todos los estudios es que la existencia de préstamo y redes de intercambio de libros estimulan las ventas y el conocimiento de los autores, y los dotan de mayor visibilidad.
Con la llegada de los libros electrónicos, la posibilidad de articular sistemas como bookcrossing pudiera parecer dificultada por las limitaciones de préstamo que impone el DRM; sin embargo, se han desarrollado servicios similares, como EbookFling.com. Se trata de una red social de clientes de libros electrónicos que pueden prestar y pedir prestados libros electrónicos. El sistema facilita el préstamo directo de los libros electrónicos entre los usuarios del Kindle y del Nook. Cada lector puede acceder a millones de personas con las que compartir sus lecturas, más allá de los amigos o conocidos. Además, el préstamo es gratuito. El prestatario puede leer el libro durante 14 días en el dispositivo que lo ha descargado, al final de ese período el libro desaparece del dispositivo del lector prestatario y se «autodevuelve» al dispositivo del que lo prestó, sea este un teléfono móvil, un ordenador o un Ipad de Apple.
La mecánica es sencilla: el dueño de un libro electrónico se registra en la página y ofrece los libros que quiere prestar al resto de lectores. Cuando alguien toma prestado uno de los libros electrónicos que el usuario ha puesto a disposición de los demás, gana un crédito, que le va a permitir intercambiar un libro de otro usuario de eBook Fling. El prestamista gana un crédito por cada cinco libros que prestan de su lista. El sistema es legal, pues sigue las reglas de préstamo entre amigos establecidas por Amazon y Barnes & Noble.
Otras redes similares son booklending (http://booklending.com/faq.htm) y lendle (http://lendle.me/?next=/account/).
De Gaetani, C (2008). Bookcrossing, a Modern Example of Nomadic Reading. The Need to be Where Reading Transits. Bollettino AIB48. 2-3 (Sep 2008): 187-211
Manual de Bookcrossing en español. http://bookcrossing-spain.org/docs/manualbookcrossing.pdf
Versteegh, A. (2009), «The Book as Renewable Resource», Poets & Writers,